La relación de los gatos con el agua no es del todo buena. Seguro que si tienes un compañero felino lo habrás experimentado cuando llega la hora del baño. Pero, ¿te has parado a pensar por qué no les gusta el agua?
No hay una razón exclusiva que explique este comportamiento, pero hay varias teorías que pueden hacernos entender del por qué de este rechazo. A continuación tienes detalladas las más comunes para comprender mejor su reacción.
1. Su origen
A día de hoy los gatos están presente en viviendas de todos los rincones del planeta, pero el origen de su especie es en su mayoría de Oriente Medio. Estas regiones son desérticas, por lo que sus antepasados no tuvieron mucho contacto con el agua.
El rechazo al agua también está presente en otros felinos como los leones o los guepardos. Esto no quiere decir que nunca se metan en el agua, pero si lo pueden evitar lo harán.
2. Son muy prudentes
Como ya habrás podido comprobar los gatos son muy pacientes y tremendamente prudentes. Cuando lo vas a bañar lo sumergirás con más rapidez de la que lo haría él por su cuenta, lo que provocará su rechazo.
Está en su naturaleza observar cualquier elemento que llame su atención antes de interactuar con él. Lo olerá, observará durante un rato e incluso tocará con la pata antes de sentirse seguro. Esto mismo ocurre con el agua, y si por él fuese, estaría un buen rato analizando la situación antes de mojarse.
Por eso si vas a bañar a tu gato ármate de paciencia y ve poco a poco acostumbrándole.
3. El peso del agua
Los gatos son depredadores y tienen una enorme agilidad. Les encanta escalar y estar al acecho de cualquier presa. Si están empapados se vuelven más pesados y tendrán menos movilidad, por lo que se sentirán más incómodos.
Todos estos estudios del comportamiento del gato arrojan algo de luz de por qué sienten ese odio al agua. Son simplemente teorías, pero nos dan una idea de por qué evitan a toda costa que les bañemos. No obstante, no debes dejar que se salgan con la suya, ya que necesitarán que les bañes de vez en cuando.