¿Sabías que los gatos también tienen cosquillas?
Pues sí, lo cierto es que nuestros compañeros felinos también sienten las cosquillas, y es que esta sensación no es solo exclusiva de los humanos.
Los gatos y otros animales son capaces de sentirlas, aunque no de la misma forma que nosotros.
Pero para comprender qué tipo de cosquillas son las que sienten y cual es la diferencia con las nuestras debemos de explicar primero dos términos un tanto peculiares: la knismesis y gargalesis.
¿No sabes qué significan estas palabras tan raras? No te preocupes, te lo explico.
Diferencia entre knismesis y gargalesis
Estos dos términos se acuñaron en 1897 (fuente), y vienen a describir los tipos de cosquillas que podemos sentir.
En primer lugar, la knismesis son las cosquillas que sientes cuando algo te roza la piel. Se trata de unas cosquillas ligeras, y un ejemplo de esto es cuando te pasan una pluma por la superficie de la piel.
Estas cosquillas no provocan risa o carcajada, sino que se manifiestan como un picor o incluso como un escalofrío.
Se cree que esta sensación de cosquilleo sirve para alertarnos de la presencia de insectos sobre nuestro cuerpo. Así los detectamos rápidamente y nos podemos librar de ellos al momento.
Por otro lado tenemos la gargalesis, que son las cosquillas producidas cuando se aplica presión sobre ciertas partes del cuerpo. En este caso sí que se obtiene la risa de la persona, en ocasiones de manera enérgica.
También se cree que este tipo de cosquillas tienen un objetivo. Gracias a ellas se aprende a defender las áreas vulnerables del cuerpo, algo que será de utilidad durante situaciones de peligro.
Como curiosidad. Si tienes la intención de hacerte cosquillas a ti mismo, debes saber que podrás desencadenar la respuesta knismética sobre tu propio cuerpo, pero que es prácticamente imposible producirse gargalestesia en uno mismo.
Pero te estarás preguntando por qué te cuento todo esto. Pues bien, lo interesante de esto es que la knismesis está presente en multitud de animales distintos, mientras que la gargalesis es exclusiva de los humanos y los primates.
Por eso, si quieres hacerle cosquillas a tu gato, solo podrás provocarle el cosquilleo de la knismesis y nunca la gargalesis. Por más que ejerzas presión en las zonas delicadas de tu gato no conseguirás sacarle una carcajada.
Pero, ¿sabes en qué zona del cuerpo puedes provocarle la knimesis? Vamos a repasarlas.
Dónde hacerle cosquillas a tu gato
Hay tres zonas clave para provocarle cosquillas a tu gato:
- La barbilla
- Las mejillas
- La base de la cola
Estas son las zonas donde los gatos tienen las glándulas odoríferas para depositar sus feromonas.
Es por esto que, al tocarles en estos puntos, sentirán una agradable sensación de cosquilleo.
Puede que no sientan la necesidad de rascarse como lo haríamos las personas, pero será desde luego una sensación placentera para ellos.
Lo que debes evitar es tocarle en aquellas zonas que les incomodan. Por ejemplo, aunque tu gato pueda tumbarse boca arriba, evita tocarle o hacerle cosquillas en la barriga si le molesta.
Puede parecer una caricia amistosa, pero si tu gato no soporta este tipo de caricias lo mejor será no hacerlas.
¿Quieres aprender a detectar si tu gato está disfrutando de las cosquillas? Pues toma nota.
Cómo saber si siente cosquillas
Para intentar descubrir qué es lo que siente tu gato en cada momento es importante aprender a interpretar su lenguaje corporal.
Por ejemplo, un gato que está disfrutando de las cosquillas, hará lo siguiente:
- Ronroneará
- Amasará con las patas delanteras
- Relajará su cuerpo y sus ojos
- E incluso pedirá más cosquillas cuando pares
Todos estos síntomas te indicarán que le está gustando lo que haces.
Pero por el contrario, si tu gato siente cosquillas pero le están molestado, te lo hará saber de la siguiente manera:
- Moverá su piel
- Sacudirá las patas
- Aplanará las orejas
- Tensará sus músculos
- Sacudirá la cabeza
- Se alejará de ti
- E incluso te podrá morder
Si empiezas a notar la aparición de estos síntomas lo mejor es que pares, ya que no estará disfrutando de las cosquillas.
Quizás te parezca divertido incomodar un poco a tu gato, pero yo te recomiendo que mejor no lo hagas.
Cuanto más disfrute tu gato de tu compañía, mejor para los dos.
Ahora ya sabes que los gatos pueden sentir cosquillas, aunque no de la misma manera que las sentimos las personas.