Educar a nuestro gato puede llegar a ser estresante algunas veces.
No siempre se va a comportar como nos gustaría, y en estos casos cuesta saber cómo reaccionar.
Los gatos son animales maravillosos, pero no es raro que metan la cabeza en nuestro plato de comida, tiren objetos al suelo o arañen nuestros preciados muebles.
En este artículo he querido reunir 4 formas que utilizamos para educar a nuestro gato y que son totalmente erróneas.
Si las usas en el día a día te recomiendo que dejes de hacerlo.
Pero no te preocupes, en cada una de ellas te daré la alternativa que deberías incorporar a su educación.
¡Así te será más fácil mejorar!
Error nº 1: Usar un atomizador
Es muy tentador utilizar un atomizador para enseñar a tu felino lo que está mal.
En tu cabeza puede tener sentido. Pero créeme cuando te digo que para tu gato no lo tiene.
Cuando mojas a tu gato por hacer algo que no debe lo que el piensa es que al hacer eso, si tu estás delante, le mojarás.
Pero cuando lo haga en otro momento en el que no estés presente, todo irá bien.
La lección que aprenderá es que debe tenerte miedo a ti, y no al acto que no quieres que haga.
Esto hará que empeore vuestro vínculo.
Te tendrá miedo, ya que te verá a ti como la persona que le moja en determinados momentos.
Para conseguir una mejor efectividad deberías estar las 24 horas del día pendiente de cada uno de sus comportamientos. Y aún así seguiría sin ser buena idea.
– Alternativa: utiliza un spray de aire
Estos sprays de aire son botes que disponen de un sensor de movimiento y que, cuando detectan que algo se mueve, sueltan una ráfaga de aire.
¿Qué ventaja tiene esto? Pues que está las 24 horas del día presente en el lugar donde no quieres que se suba o se acerque.
En el momento que se acerque soltará una ráfaga de aire que incomodará a tu gato, pero que será totalmente inofensiva.
Y lo mejor de este método es que es el bote el que le causará el rechazo y no tú.
Vuestra relación seguirá siendo buena mientras evita que haga las cosas que no debe.
Error nº 2: Gritarle
Gritar o hablarle con voz más alta y seria de lo normal es lo que sale por naturaleza en muchas ocasiones.
¿Y cuál es el problema aquí? Pues en realidad son dos.
En primer lugar es que los gatos odian los sonidos altos. Y si le gritas le estarás incomodando.
Y en segundo lugar, y casi el más importante, es que le estás haciendo caso.
Cuando tu gato se sube a la encimera y no quieres que lo haga, al gritarle le estás prestando atención.
Tu gato, que ama que le hagas caso, se verá en cierta manera recompensado.
– Alternativa: que no reciba nada a cambio
Volviendo al caso de la encimera, lo más importante es que no reciba ninguna experiencia positiva.
Tendrás que poner más de tu parte, pero procura que no obtenga comida gratis ni que tenga un grifo goteando del que beber.
Si no recibe nada positivo al realizar cierta acción, llegará un momento en el que no verá razón por la que seguir haciéndolo.
Es más lento pero mucho más efectivo que los gritos.
Error nº 3: Decirle que no a todo
Vale, pongámonos en la situación en la que nunca le gritas ni utilizas un atomizador para mojarle.
¿Cómo reaccionas cuando tu gato hace algo que no quieres que haga? Exacto: le dices que no.
¿Y esto es malo? Pues en realidad no. Utilizar el «no» en la educación de los gatos es lo más común, pero el problema viene cuando nos quedamos ahí.
Con decirle al gato que simplemente no puede hacer algo no llegaremos a ningún lado. Es fundamental en estos casos ir un paso más allá.
¿Cómo? Sigue leyendo para descubrirlo.
– Alternativa: ofrecerle una alternativa igual de interesante
Si muerde las plantas, cómprale hierba gatera.
Si se sube a la encimera, déjale una superficie desde la que pueda observarte.
Si bebe del grifo, cómprale una fuente para gatos.
Si araña el sofá, colócale un rascador al lado.
Creo que se entiende, ¿verdad?
Un «no» debe ir acompañado de un «sí». Y para conseguirlo debemos buscar la solución para las reacciones que tiene tu gato.
Tendrás que adaptar la casa y ofrecerle todo lo necesario para que sea feliz dentro del hogar.
De manera que cuando haga algo mal, puedas redirigir su atención a aquello que sí puede hacer.
Ten presente que tu gato no se quiere portar mal, pero necesita tu ayuda para conseguirlo.
Error nº 4: No hacer nada cuando se porta bien
¿Cómo? ¿No hacer nada cuando tu gato se porta bien es un error de educación?
En realidad sí, porque estarás perdiendo una oportunidad de oro para educarle.
No se trata de un error grave, pero te recomiendo que aproveches cada situación para afianzar su educación.
¿Quieres saber cómo? Presta atención al siguiente apartado.
– Alternativa: usa el refuerzo positivo
Llamamos refuerzo positivo al uso de caricias, comida o ratos de juego para recompensar el buen comportamiento.
Puedes usar siempre la misma o ir variando, pero siempre debe ser algo que le guste a tu gato.
Por ejemplo, si tu gatito araña el sofá, aprovecha cada vez que utilice el rascador para darle un premio.
De paso, aprovecha y dile alguna palabra con un tono de voz alegre. Bastará con decirle un «muy bien».
Así sabrá que si afila sus uñas en el rascador tendrá una recompensa, por lo que al final le resultará mucho más interesante que el sofá.
A medida que pase el tiempo puedes ir reduciendo las veces que le das un premio por hacer las cosas bien, pero intentando no eliminar por completo esta recompensa.
Es la mejor manera a largo plazo para que tu gato entienda lo que puede y lo que no puede hacer.
Estos cuatro errores pueden parecer poca cosa, pero créeme cuando te digo que cambiándolos por las alternativas que te he dado te va a ir mucho mejor.
Al final se trata de entender cómo piensan los gatos y adaptar la educación a sus necesidades.
Última actualización el 2024-08-28 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados