Poner una caja de arena para tu gato parece una tarea sencilla, ¿verdad?
Lo cierto es que no es algo complicado, pero en muchos hogares se cometen algunos errores importantes.
El problema es que estos errores pueden llevar a tu gato a hacer sus necesidades fuera de la caja de arena. Y esto no es agradable ni para ti ni para tu gato.
Para evitar que cometas alguno de ellos te he preparado en este post un listado con los 12 errores más comunes.
Piensa que gracias a la caja de arena evitas tener que sacar a tu gato a la calle 3 veces al día.
Por eso es fundamental que lo hagas perfecto.
Vamos con el primero de los errores.
1. Usar una caja de arena pequeña
Esto es más común de lo que parece.
Con el objetivo de no ocupar demasiado espacio en las casas, los fabricantes hacen cajas de arena muy pequeñas.
Así molestan menos, ¿verdad?
Pero el problema es que tu gato no va a estar cómodo dentro de ella.
Lo ideal es que la caja sea al menos 1,5 veces más larga que el cuerpo de tu gato, y lo suficientemente ancha como para que pueda darse la vuelta dentro de ella.
2. Ocultar la caja de arena
El segundo error que se comete con frecuencia consiste en tapar o esconder la caja de arena.
Existen areneros con tapa, o algunos modelos que incluso ocultan más la zona de arena. Pero elegir este tipo de cajas es totalmente desaconsejable.
A nosotros nos gusta hacer nuestras necesidades sin que nadie nos vea, pero nuestros gatos necesitan visibilidad.
El momento de ir al baño es un momento de vulnerabilidad para ellos, por eso necesitan poder usar todos los sentidos posibles para saber si hay alguna amenaza.
Si pones un arenero cerrado tu gato no podrá ver su entorno y esto le generará desconfianza.
Ve a lo simple y pon un arenero descubierto.
3. Elegir una caja de arena con lados demasiado altos
Es normal elegir una caja con los lados muy altos para evitar que se salga la arena.
Cuando el gato entra y escarba es fácil que se salga algo del contenido al exterior.
El problema de esto es que puede resultar incómodo para tu gato entrar en la caja. Especialmente si se trata de un gato mayor.
Una buena solución es buscar un arenero con la entrada más baja que el resto de las paredes.
Estos modelos son fáciles de encontrar y facilitan mucho el acceso a la caja.
4. Poner la caja junto a la comida y el agua
Poner la caja de arena junto al plato de comida y agua es un fallo frecuente en apartamentos pequeños.
Cuando nos falta el espacio recurrimos a este tipo de distribución, pero esta es una pésima idea.
A los gatos no les gusta nada tener el arenero y los platos de comida y bebida en el mismo sitio.
¿Te imaginas tener la cocina y el baño en la misma estancia?
Resultaría bastante incómodo, ¿verdad?
Pues al igual que para ti no es agradable para tu gato tampoco lo es.
Procura tener estos elementos en habitaciones separadas.
5. Colocar la caja en un lugar concurrido o ruidoso
Otro lugar que debemos evitar utilizar para la caja de arena son aquellos en los que hay ruido o movimiento.
Una zona de paso, como el pasillo, no es buena idea.
Pero tampoco lo es, por ejemplo, al lado de la lavadora o la secadora.
Si la pones ahí, tu gato estará incómodo cuando vaya a hacer sus necesidades con ese ruido a su lado.
Busca una estancia tranquila para que tu gato esté a gusto.
Y dentro de la estancia, el mejor sitio para ponerla es en una esquina.
Así tu gato estará cómodo y relajado.
6. Usar arena incómoda
El siguiente error es difícil de detectar, por lo que deberás prestar mayor atención.
Hay algunas arenas, como la arena de sílice, que puede resultar molesta para las patas de tu gato.
Si los granos de arena forman puntas muy pronunciadas corren el riesgo de clavarse en las almohadillas de tu felino.
Procura optar por una arena que sea cómoda para tu gato.
Una forma de saber si es del tipo adecuado es meter la mano en la caja, hacer presión y sentir si te hace daño.
Si te duele a ti, lo más probable es que también le duela a tu gato.
7. Escoger una arena perfumada
La arena para gatos debe oler a lo que es: a arena.
Olvídate de esas arenas que huelen a lavanda, a cítricos o incluso a café.
El olor perfumado será muy intenso para tu gato, tanto que le molestará.
Piensa que su sentido del olfato está mucho más desarrollado que el nuestro, por lo que notará el olor mucho más que nosotros.
Además, una arena, a medida que tu gato la usa, cogerá su olor.
Esto es lo que debe ocurrir. Y con las arenas perfumadas esto es imposible.
8. No poner suficientes cajas de arena
Este es el consejo que menos gusta a las personas que conviven con gatos, pero debes tenerlo en cuenta.
Tienes que tener una caja de arena por gato, más una caja adicional para la casa.
¿La razón de esto? Es muy simple.
Si hay algún problema con la caja de arena y solo hay una en casa, tu gato no tendrá ninguna alternativa.
Y estos problemas no son tan raros. Algunos ejemplos de lo que puede pasar:
- Se te ha olvidado limpiar la caja
- La arena genera mucho polvo
- Se hace daño en las patas
- No le gusta donde has colocado la caja de arena
Como no puedes controlar todo lo mejor es darle otra alternativa a tu gato para hacer sus necesidades.
Así evitarás accidentes.
9. No poner suficiente arena
Uno de los errores de principiante consiste en no poner la cantidad de arena adecuada.
Tanto poner poca como poner mucha molestará a tu gato, por lo que debes saber cuánta arena necesita.
Para saber este valor deberás mirar las instrucciones del fabricante de la arena.
Pero si no viene o no tienes el paquete a mano bastará con que pongas entre 5 y 7 cm de arena.
Así tu gatito podrá enterrar sus heces pero no se agobiará por tener demasiada arena.
10. Poner un plástico
Poner un plástico en la bandeja es realmente cómodo para hacer el cambio de arena.
Pero siento decirte que para tu gato esto no es nada cómodo.
Piensa que tu felino va a arañar la arena al enterrar sus heces, y en cuanto enganche el plástico va a tirar de él y lo va a romper.
Cuando esto pase tu gato tendrá plásticos en la arena, algo que no le gustará, y tú te habrás quedado sin la opción de usarlo porque estará completamente roto.
Lo mejor es que directamente no lo utilices.
11. No adaptar la caja a medida que tu gato envejece
Este es un error que puede ocurrir con el tiempo.
A medida que tu gato crezca, necesitará algunos cambios en la caja de arena.
La razón es muy sencilla: un gato adulto no tiene las mismas necesidades que un gatito.
Cuando tu gato sea más mayor deberás vigilar que tenga una entrada adaptada a él, que el acceso a la caja sea fácil y tendrás que cambiar la arena de forma más frecuente.
También te recomiendo que vigiles sus heces, ya que estas te podrán dar una pista si tiene algún problema de salud.
12. Entrenar a tu gato para usar el váter
¿Sabías que se puede entrenar a un gato para que utilice el váter?
Es algo que puede parecer muy divertido, pero desde luego es algo que no te aconsejo para nada.
Dejar que tu gato utilice un váter para hacer sus necesidades evitará que tengas que limpiar la caja de arena, pero esto conlleva una serie de inconvenientes.
Si quieres saber de cuáles se tratan te dejo el artículo en el que los analizamos por qué tu gato no debe usar el váter.
Así sabrás a qué te enfrentas si quieres enseñar a tu gato a usar el váter.
Fuente: https://thecatsite.com/c/16-experts-reveal-the-most-common-litterbox-mistakes-and-how-to-avoid-them/
Un artículo fenomenal. Muy exacto y creo que cubre todos los puntos. La gente suele desconocer todos estas actuaciones malas para nuestros compañeros.