Para acariciar correctamente un gato debes saber cuándo acariciarle y dónde hacerlo.
Mucha gente cree que basta con pasarle la mano por encima, pero esto muchas veces da lugar a que el gato se enfade, se marche de tu lado, o incluso a que te llegue a morder.
Pero no te preocupes, ya que en este post te voy a explicar todo lo que necesitas.
Te contaré qué es lo que debe, lo que no, y cuáles son los lugares preferidos de tu gato para que le acaricies.
Cómo saber que el gato está receptivo
Lo primero que te debes plantear para acariciar a un gato es saber si está receptivo.
Si no le apetece que le toquen, por muy bien que lo hagas no estará cómodo.
Saber esto a veces puede resultar complicado, por eso te voy a dejar una serie de pistas para averiguarlo.
En primer lugar, cuando un gato está relajado y receptivo, verás las siguientes señales:
- Tiene una postura relajada
- Te ronronea
- Te amasa con las patas
- Tiene las orejas erguidas y apuntando hacia delante
- Inicia el contacto
En estos casos es cuando podrás acariciar a tu gato. Él estará más receptivo y recibirá con alegría tus caricias.
Sin embargo, cuando veas estas señales deberías dejar a tu gato tranquilo:
- Mueve la cabeza para mirarte a ti o a tu mano
- Mueve la cola, y la va moviendo cada vez más
- Se le eriza el pelo de la espalda
- Echa las orejas hacia atrás
- Aparta tu mano con su pata
- Se aleja de ti
- Te gruñe o bufa
Es en estos casos cuando no deberías acariciar a tu gato. Si muestra estas señales mientras le acaricias deberías parar en el momento.
Si no lo haces le incomodarás enormemente y la situación podrías acabar en un mordisco o arañazo.
Podrás pensar que lo hace para hacerte daño. Pero debes tener en cuenta que te ha mostrado varias señales para que pares. Lo único es que no has sabido o no has querido interpretarlas.
Vale, ahora que ya tenemos claro en qué momentos se puede acariciar a un gato vamos a ver cómo hacerlo.
Cómo no acariciar a un gato
En primer lugar evita acariciar a tu gato pasando tu mano por toda su cabeza y espalda, recorriendo todo el cuerpo.
Este tipo de caricia es muy típico, y las personas que no tienen contacto con gatos piensan que es lo más correcto. Pero lo cierto es que no.
Puede que sea la forma que más te guste a ti, pero desde luego no le gustará nada a tu gato.
Si lo haces, estarás sobreestimulando a tu gato, y con toda seguridad cuando lo hagas se marchará. Y si insistes mucho con este tipo de caricia, podrá llegar a ponerse agresivo.
Otro gesto que deberías evitar, sobre todo en gatos con los que no has tenido contacto, es pasar la mano por encima de su cabeza.
Este gesto puede resultar un poco agresivo con gatos con los que no tienes confianza.
Y por supuesto, una caricia debe ser calmada. Y nunca, pero nunca, dando golpes sobre el cuerpo del gato.
Darle unas pequeñas palmadas al acariciarle puede parecerte una buena idea, pero desde luego no lo es.
Vamos ahora a repasar la mejor forma de acariciar a cualquier gato.
Cómo acariciar al gato
Saber cómo acariciar a tu gato en realidad es muy sencillo. Pero no voy a ser yo quien te lo cuente, ¡sino que lo hará tu gato!
Me explico. Para saber qué tipo de caricias le gustan a tu gato tienes que darle pie a que te las muestre.
¿Y cómo se hace eso? Pues muy sencillo.
Basta con dejar el dedo o los dedos de tu mano frente a la nariz de tu gatito, pero sin llegar a tocarle.
Entonces, si tu gato está receptivo, lo olerá y luego frotará su cabeza contra tu mano.
Y ahí sabrás en qué zonas le gusta que le toques.
Algunos frotarán la parte superior de la cabeza, otros las mejillas, y otros probablemente lleven tus dedos a sus orejas.
Si dejas que sea él quien se acerca aprenderás cuáles son sus gustos.
Una vez lo sepas podrás repetir esa caricia. Pero eso sí, con calma y siempre respetando los tiempos de tu gato.
No alargues la sesión de caricias más de lo necesario.
De esta manera, la siguiente vez que le quieras acariciar, solo tienes que hacerlo en la zona en la que más le guste.
Ahora bien, si quieres ir un paso más allá y buscar más lugares donde acariciar a tu gato deberás tener bien claro qué zonas son las que puedes tocar y cuáles no.
Dónde acariciar a tu gato
Por supuesto cada gato es único y tendrá unas zonas más favoritas que otras. Pero por regla general estas son las partes del cuerpo de tu gato en las que sí podrás acariciarle:
- Barbilla
- Mejillas
- Garganta
- Parte superior de la cabeza
- Orejas
Por otro lado, estas zonas están completamente prohibidas.
- Patas
- Tripa
- Cola
¿Y qué pasa con las zonas que faltan? Bueno, pues dependerá del gato y de lo receptivo que esté.
A estas zonas podríamos llamarlas las zonas «depende»:
- Pecho
- Espalda
- Costado
- Parte baja de la espalda (cerca de la cola)
Para verlo de forma más visual te dejo una imagen con las diferentes zonas del gato y si debes o no acariciarle en ella.
¡Anímate y descubre si efectivamente estas zonas permitidas son las que le gusta!
Y además te recomiendo que investigues las zonas «depende».
Cuanto más conozcas a tu gato mejores ratos pasaréis juntos y más fortaleceréis vuestro vínculo.
Consejo extra: juega con tu gato
Ya tenemos claros todos los conceptos para acariciar a tu gato o a cualquier otro gatito.
Ahora bien, cuanto más relajado esté un gato más receptivo será con las caricias. Y para conseguir que se relaje profundamente tendrá que tener suficiente actividad física.
Para lograrlo lo mejor será que dediques un rato cada día para jugar con él.
¡Pero no vale cualquier tipo de juego! Tiene que ser uno adaptado a sus necesidades.
Lo mejor será que utilices una caña e imites el movimiento de un animal.
En este artículo explicamos paso a paso cómo jugar con un gato para que se canse y acabe relajado.
Con todo lo que te he explicado a lo largo del post ya sabes dónde acariciar a un gato para que se relaje y cómo hacerlo correctamente.
Ahora que ya lo sabes te animo a que lo hagas cada día, pero siempre respetando sus tiempos para no pasarte con el contacto físico.