Cómo saber si tu gato siente dolor: 23 señales en las que fijarte

¿Sabías que tu gato podría estar sufriendo en silencio justo ahora, frente a tus ojos, sin que te des cuenta?

A diferencia de nosotros, los humanos, los gatos son expertos en ocultar su dolor.

¿Pero sabes por qué sucede esto? Es una cuestión de supervivencia.

En la naturaleza, mostrar signos de debilidad es peligroso, así que los gatos han evolucionado para esconder su malestar.

Pero el problema es que puede resultar realmente difícil saber si tu gato está experimentando algo de dolor.

Por suerte los expertos han identificado 23 signos que indican que un gato puede estar sintiendo dolor.

Se trata de un fascinante estudio publicado en la prestigiosa revista científica PLOS One, donde 19 expertos en diversas áreas médicas llegaron a un consenso para identificar los signos indicativos de dolor en los gatos (fuente).

Y en este artículo te traigo el resultado de este estudio.

Toma nota de los 23 signos de dolor para saber si tu gato está sufriendo.

1. Cojear

Este signo es uno de los más evidentes de que un gato puede estar experimentando dolor.

Cojear implica caminar con dificultad o de forma irregular debido a una molestia o dolor en una o varias de las patas.

Cuando un gato cojea, está tratando de evitar el peso o la presión en una zona del cuerpo que le causa dolor.

Esta cojera podrá ser ocasional o constante, y variará en severidad dependiendo de la fuente del dolor.

Las causas de la cojera en los gatos pueden ser variadas, desde lesiones leves en una pata o una uña rota hasta problemas más serios que afectan a los huesos, los músculos o las articulaciones.

Es fundamental que si observas a tu gato cojeando, lo lleves al veterinario para un chequeo, ya que la cojera es un indicador claro de que algo no está bien.

2. Dificultad para saltar

¿Has notado que tu gato ha dejado de saltar últimamente?

Los gatos son conocidos por su agilidad y capacidad para saltar con facilidad, por lo que cualquier dificultad en esta acción es un claro indicador de que algo no anda bien.

Este signo podría ser evidencia de dolor en una o más extremidades, o bien, podría ser el resultado de una debilidad generalizada, que puede ser causada por una serie de condiciones médicas.

Las causas de esta dificultad para saltar pueden ser similares a las de la cojera, es decir, problemas que afecten a los huesos, músculos o articulaciones, como artritis, lesiones o infecciones.

Además, la edad avanzada también lleva a una disminución de la fuerza y la agilidad.

3. Trastorno de la marcha

El modo en que un gato se mueve revela mucho sobre su bienestar físico.

Un trastorno de la marcha se refiere a cualquier tipo de movimiento anormal o alteración en la forma de caminar de un gato.

Esto puede ser una señal de que está experimentando dolor en alguna parte de su cuerpo y está tratando de minimizarlo ajustando la manera en la que camina.

La causa de un trastorno de la marcha normalmente está relacionada con problemas ortopédicos, como lesiones en las articulaciones o huesos, o enfermedades degenerativas como la artritis.

Cualquiera que sea la causa, si notas cambios en la forma en que tu gato camina o se mueve, es importante llevarlo al veterinario para una evaluación.

Observar detenidamente a tu gato te ayudará a detectar estos cambios sutiles que podrían ser indicativos de un problema de salud.

4. Renuncia a moverse

Los gatos son criaturas generalmente activas y curiosas, por lo que un cambio en sus hábitos de movimiento puede ser una señal de que siente dolor.

Al limitar su movimiento, lo que busca el gato es evitar sentir dolor, y este comportamiento puede ser el resultado de una amplia gama de problemas de salud.

Cualquier enfermedad o lesión que cause dolor físico provocará que un gato prefiera quedarse quieto en lugar de moverse.

Aquí podemos incluir lesiones óseas o musculares, enfermedades de las articulaciones como la artritis, enfermedades del sistema nervioso, enfermedades metabólicas o incluso problemas psicológicos como el estrés o la ansiedad.

Es importante recordar que cada gato es único y que la cantidad de actividad que es «normal» variará de un gato a otro.

Sin embargo, si notas una disminución significativa en el nivel de actividad de tu gato, deberían saltar tus alarmas.

5. Reacción a la palpación

Los felinos son animales reservados por naturaleza cuando se trata de mostrar signos de dolor o malestar. Pero hay una reacción que les delata.

Si al tocar una zona específica de su cuerpo el gato reacciona de forma significativa, es una clara señal de que está experimentando dolor.

Estas reacciones podrán ser vocalizaciones como maullidos o gemidos, mirar la zona que se ha tocado, lamerse repetidamente o incluso mostrar una respuesta agresiva.

Los gatos reaccionarán de esta manera por diversas razones, pero una de las más comunes es que la zona que estás palpando está sensible o siente dolor en ella.

Aquí podríamos estar ante una lesión, una infección, una inflamación, un tumor o cualquier otra condición que cause dolor.

Es importante destacar que algunos gatos podrían reaccionar de forma agresiva cuando se toca una zona dolorida, por lo que debes tener cuidado.

6. Tendencia a esconderse

Como ya sabrás los gatos son criaturas independientes y, a menudo disfrutan de su tiempo a solas.

Sin embargo, si tu gato comienza a esconderse más de lo normal, es probable que esté experimentando dolor.

Los gatos, en su estado natural, son cazadores pero también son presas, por lo que tienden a ocultar su dolor como un mecanismo de supervivencia para evitar mostrar debilidad.

Es por esto que, cuando se sienten enfermos o heridos, suelen buscar un lugar tranquilo y seguro para aislarse y descansar.

Aun así, debes tener en cuenta que esconderse es un comportamiento bastante general y puede ser provocado por diversas causas, no solo por dolor físico.

A veces es una respuesta a una situación estresante, a cambios en el entorno, o incluso a problemas emocionales.

Por tanto, como dueño, tienes la responsabilidad de estar atento a los cambios de comportamiento de tu gato.

Si notas que tu felino pasa largos periodos de tiempo escondido, especialmente si esto es inusual para él, es aconsejable llevarlo al veterinario para una evaluación.

Recuerda que al esconderse, tu gato puede complicar la tarea de identificar otros signos de dolor.

7. Descuido del aseo

No te descubro nada nuevo si te digo que los gatos son criaturas meticulosas en lo que respecta a su higiene personal.

Pasan una gran parte de su tiempo despiertos aseándose y manteniendo su pelaje en excelentes condiciones.

Por eso, un gato que descuida su aseo, es otra de las señales que indican que puede estar experimentando malestar o dolor.

En estos casos, es posible que observes que el pelaje de tu gato parece desordenado, sucio, erizado y mal peinado, lo cual es inusual para la mayoría de los gatos.

El descuido del aseo puede ser causado por diversas razones.

Algunos gatos pueden tener dolor o malestar físico que les impide llegar a todas las partes de su cuerpo, por ejemplo, debido a la artritis o a una lesión.

Y otros pueden sentirse demasiado enfermos o débiles para mantener su rutina de aseo habitual.

8. Disminución de las ganas de jugar

Los gatos son criaturas juguetonas por naturaleza, especialmente cuando son jóvenes.

Por lo tanto, una disminución repentina o progresiva en su interés por jugar es un signo de que algo no está bien.

Si tu gato solía ser activo y disfrutaba de sus juguetes, pero ahora parece apático o menos entusiasmado, podría estar experimentando dolor.

Este signo es particularmente llamativo porque implica un cambio en el comportamiento general del gato.

El dolor es una distracción importante para un gato y puede hacer que las actividades que antes disfrutaba, como jugar, sean menos atractivas.

Aquí tenemos una amplia gama de condiciones que causan dolor, desde lesiones físicas hasta enfermedades internas.

Pero también podría indicar problemas emocionales o de salud mental, como el estrés o la ansiedad.

9. Falta de apetito

La alimentación es un aspecto fundamental de la vida de cualquier ser vivo, y los gatos no son la excepción.

Una disminución notable en el apetito de tu gato es un signo claro de que algo no va bien.

El dolor puede afectar el apetito de los animales, lo que significa que si tu gato está comiendo menos de lo normal o rechaza por completo la comida, puede estar experimentando algún tipo de malestar o dolor.

Este cambio en el comportamiento alimentario puede ser el resultado de una variedad de factores, desde una enfermedad dental dolorosa hasta una enfermedad gastrointestinal, pasando por condiciones más graves.

Además, es importante tener en cuenta que el ayuno prolongado podría llevar a otros problemas de salud serios en los gatos, como la lipidosis hepática felina.

Por lo tanto, si observas que tu gato ha dejado de comer o come menos que de costumbre, es fundamental que busques atención veterinaria de inmediato.

10. Disminución general de la actividad física

Los gatos son conocidos por sus periodos de sueño prolongados y su amor por mantenerse relajados, pero también disfrutan de periodos de actividad, juego y exploración del entorno.

Si observas una disminución general en la actividad física de tu gato, considéralo como una posible señal de que está experimentando dolor.

Los gatos que sufren de dolor pueden reducir su actividad física para minimizar el malestar, limitando sus movimientos y evitando las actividades que solían disfrutar.

Este cambio en el comportamiento se manifestará de varias maneras. Tu gato podrá pasar más tiempo descansando, moverse menos, o evitar actividades que requieran esfuerzo físico, como saltar o subir escaleras.

También es posible que tu gato deje de jugar o que no muestre interés por los juguetes o actividades que solían gustarle.

Este cambio en el nivel de actividad puede ser gradual, por lo que será más complicado de detectar al principio.

Por eso, es importante prestar atención a los hábitos de tu gato y buscar atención médica si observas cambios significativos en su comportamiento.

Un gato inactivo no es simplemente un gato «perezoso», puede ser un gato que está sufriendo.

11. Disminución de las ganas de frotarse en las personas

Los gatos, por naturaleza, son criaturas cariñosas y a menudo demuestran su afecto frotándose contra las personas.

Este comportamiento, además de ser una muestra de cariño, también es una forma de marcar su territorio ya que liberan feromonas a través de las glándulas en su cara.

Sin embargo, cuando un gato está sintiendo dolor, es posible que reduzca sus interacciones con los humanos, incluyendo la acción de frotarse contra ellos.

Esta es una señal a la que debes estar atento, ya que puede indicar una incomodidad física en el animal.

Si observas que tu gato, que normalmente es cariñoso y le gusta frotarse contra ti, ha disminuido este comportamiento, debería llamar tu atención.

Y recuerda que esta disminución en las interacciones sociales no se limita a frotarse contra las personas, también puede incluir una disminución en jugar, pedir caricias o incluso buscar la compañía de su dueño.

12. Cambio del estado de ánimo

Nuestros amigos felinos, al igual que nosotros, tienen sus propios comportamientos y personalidades únicas.

Por lo tanto, cualquier cambio drástico en su estado de ánimo habitual puede ser una señal de que algo no está bien en él.

Los gatos que están sufriendo de dolor tienden a volverse irritables, vacilantes o incluso agresivos.

Y este cambio será particularmente llamativo si tu gato es normalmente tranquilo y amigable.

Además, son varios los cambios de comportamiento que puede experimentar tu gato.

Desde empezar a evitar a las personas y a otros animales hasta volverse agitado o agresivo.

Estos cambios en el estado de ánimo pueden ser causados por una serie de factores, incluyendo el dolor crónico, el estrés o una enfermedad subyacente.

13. Temperamento irritable

Cuando un gato siente dolor, no es extraño que se vuelva más irritable de lo normal.

Este cambio de comportamiento es su forma de lidiar con la incomodidad que está experimentando.

Y en casos de dolor crónico, es posible que observes que la irritabilidad se convierte en una característica más permanente de la personalidad de tu gato, lo cual es especialmente preocupante.

Un gato irritable podrá gruñir, bufar o incluso intentar morder o arañar cuando se le manipula.

Además, será menos tolerante con otros animales o personas en el hogar y tenderá a pasar más tiempo solo.

También notarás que reacciona de forma exagerada a estímulos que normalmente no le molestarían.

Es importante recordar que este cambio en el comportamiento no es culpa del gato, sino una respuesta a su malestar o dolor.

No te lo tomes como que tu gato te quiere fastidiar. Es la respuesta que tiene al dolor.

14. Postura encorvada

Los gatos son animales elegantes y ágiles con una postura corporal erguida y confiada.

Si observas que tu gato adopta una postura encorvada, con la columna vertebral curvada, puede ser una señal de que está experimentando dolor.

Esta postura puede ser una reacción instintiva para proteger una parte del cuerpo que está adolorida o para minimizar el movimiento y, por lo tanto, el dolor.

Las causas de una postura encorvada son muy variadas.

Desde dolor abdominal, como el causado por una enfermedad renal o urinaria, hasta una obstrucción intestinal o una infección en el tracto digestivo.

Aunque también puede ser un signo de dolor en la columna vertebral, como el causado por una lesión o una infección.

En otros casos, la causa de esta postura será el malestar general o debilidad.

15. Cambios en el peso

¿Has notado que tu gato está más delgado últimamente?

Aunque existen varias razones para ello, una pérdida de peso significativa es también un indicador importante de que tu gato está experimentando dolor.

Cuando un gato siente dolor, no es extraño que pierda su apetito, lo que a su vez puede resultar en una disminución notoria de su peso.

No debemos subestimar el impacto de la pérdida de peso en los gatos, ya que puede tener efectos serios en su salud general.

Las causas del dolor que llevan a la pérdida del apetito y el peso pueden ser numerosas, desde enfermedades bucales que causan dolor al comer, hasta enfermedades crónicas o enfermedades metabólicas.

Incluso el estrés o la ansiedad pueden desencadenar una disminución del apetito.

Es por ello que si observas que tu gato ha perdido peso de manera inexplicada o repentina, es crucial llevarlo al veterinario para identificar la causa subyacente y tratarla de manera oportuna.

16. Lamer un área del cuerpo en particular

¿Tu gato no deja de lamer una zona específica de su cuerpo?

Este comportamiento es a menudo un grito silencioso de ayuda, indicando que algo no está bien.

Los gatos, al igual que otros animales, pueden lamer una zona en particular de su cuerpo en un intento de aliviar una incomodidad o dolor.

Se trata de una especie de mecanismo para autotratar una lesión o aliviar el dolor que están sintiendo.

Sin embargo, es importante mencionar que este comportamiento no siempre se relaciona con el dolor.

También puede ser el resultado de picazón, que podría ser causada por una variedad de problemas de piel, como alergias, parásitos o infecciones.

Además, otra posibilidad es que el gato esté lamiendo el área debido al estrés.

Independientemente de la causa, si notas que tu gato está lamiendo persistentemente una zona específica de su cuerpo, es importante que se lo muestres a un veterinario.

Este comportamiento puede indicar una variedad de problemas de salud que requieren atención médica.

17. Postura con la cabeza hacia abajo

Si de repente observas a tu gato caminando o manteniéndose con la cabeza inclinada hacia abajo, deberás prestarle toda tu atención.

Este cambio notable en la postura es con toda probabilidad una respuesta a una incomodidad o dolor, especialmente si se localiza en la región del cuello.

Esta conducta no es normal en los gatos y suele ser una señal de que algo anda mal.

Ante un cambio tan significativo en la postura, es fundamental llevar a tu gato al veterinario para un chequeo y encontrar la causa subyacente del problema.

18. Blefaroespasmo

Imagina un parpadeo incesante, persistente, que parece no tener fin. Eso es lo que sufre un gato con blefaroespasmo.

Este término médico se refiere a un parpadeo continuo o espasmódico de los párpados, generalmente provocado por un dolor o malestar en los ojos.

El blefaroespasmo en los gatos puede ser causado por una variedad de problemas oculares.

También puede ser una reacción a la luz brillante o a cuerpos extraños en el ojo, como polvo o pelo.

Y en algunos casos, el blefaroespasmo podría ser un síntoma de algo más grave.

19. Cambio en el comportamiento de alimentación

Presta mucha atención si tu gato muestra un cambio en sus hábitos alimentarios, ya que esto puede ser un signo revelador de que algo no está bien.

Los gatos suelen ser animales de costumbres, por lo que cualquier cambio en sus rutinas habituales, especialmente las relacionadas con la alimentación, merece tu atención.

Por ejemplo, si observas que tu gato deja caer comida de la boca mientras come, esto podría ser una señal de que está experimentando dolor bucal.

Otro signo a tener en cuenta es un cambio significativo en los horarios en los que tu gato suele comer.

Esto podría ser un indicador de malestar general o problemas digestivos.

Como siempre, si notas cualquier cambio en el comportamiento de tu gato, es importante buscar atención veterinaria.

No esperes a que el problema se solucione sólo.

20. Evitar lugares con mucha luz

El comportamiento de un gato nos da mucha información sobre su salud.

Y si tu amigo felino ha comenzado a esconderse en lugares oscuros o evita áreas con mucha luz, puede ser que esté experimentando un dolor ocular significativo.

Este comportamiento no es común en los gatos, ya que son criaturas curiosas y aventureras por naturaleza, por lo que cualquier cambio en su comportamiento habitual merece ser tomado en cuenta.

La luz brillante puede ser extremadamente incómoda para los animales que sufren de problemas oculares, como el glaucoma.

En esta condición, el aumento de la presión intraocular causará un dolor intenso y, por lo tanto, los gatos pueden buscar áreas más oscuras para aliviar su malestar.

En estos casos es aconsejable que lo lleves al veterinario para un examen ocular completo.

21. Gruñir

Cuando el suave ronroneo de tu gato se transforma en un gruñido, es hora de prestar atención.

El gruñido en los gatos es una forma clara y audible de comunicación que puede indicar que algo no está bien.

Es normal que los gatos gruñan en ciertas situaciones, como durante un juego intenso o al sentirse amenazados.

Pero un aumento en la frecuencia de gruñidos o la aparición de este comportamiento sin una causa aparente podría ser un indicador de que tu gato está experimentando dolor.

Los gatos no suelen ser muy vocales sobre su dolor, por lo que si tu gato comienza a gruñir, es probable que esté tratando de transmitirte que está incómodo o que algo le duele.

Este comportamiento debe llamar especialmente tu atención si tu gato generalmente es tranquilo y de repente empieza a gruñir con frecuencia.

Debes estar atento a este cambio en el comportamiento, ya que puede ser un signo de dolor crónico o agudo en tu gato.

22. Gemidos

Se trata de un sonido inconfundible de alarma y malestar.

Cuando un gato gime, es un claro indicio de que algo le está molestando.

Los gemidos son una forma de vocalización que los gatos usan para comunicar incomodidad o dolor, aunque hay que tener en cuenta que no todos los gatos gimen cuando sienten dolor, y que no todos los gemidos necesariamente indican la presencia de dolor.

A pesar de que este signo no es el más fiable de los enumerados, no debes ignorarlo.

Al igual que las personas, cada gato es un individuo con su propia personalidad y manera de comunicarse.

Algunos gatos pueden ser más vocales que otros en general, por lo que es importante conocer el comportamiento normal de tu gato para poder detectar cualquier cambio.

23. Cerrar los ojos

Cuando un gato pasa más tiempo con los ojos cerrados de lo usual, debes contemplar la posibilidad de que esté sufriendo.

Los gatos son criaturas curiosas por naturaleza, y normalmente se mantienen en estado de alerta, incluso durante sus siestas.

Por lo tanto, un aumento en el tiempo que pasan con los ojos cerrados puede indicar una molestia o dolor.

No obstante, también es importante recordar que todos los gatos son diferentes y que algunos pasan más tiempo con los ojos cerrados que otros.

Por eso debes estar pendiente a los cambios de comportamiento. Y si ha pasado en poco tiempo a cerrar los ojos más de lo normal, es cuando te recomiendo que lo consultes con tu veterinario.

Recuerda, es mejor prevenir que lamentar.

Qué hacen los gatos cuando les duele algo

Ser observadores y conscientes de estos 23 signos de dolor en gatos puede marcar una gran diferencia en la vida de nuestras mascotas.

Nuestros queridos felinos dependen de nosotros para su cuidado y bienestar, por eso es importante que conozcas todos estos signos de dolor.

Cada cambio en el comportamiento de tu gato puede ser una pista sobre su estado de salud.

Por eso, si notas cualquier cambio inusual, por pequeño que sea, siempre es recomendable consultar con un veterinario.

Porque al final del día, el bienestar y la felicidad de nuestros gatos es lo que más importa.

Entradas relacionadas

Deja un comentario